Armemos la ronda
y prendamos el fuego,
unamos las almas,
saquemos la voz.
Miremos al cielo
a las nubes y al viento,
al agua y al trueno,
a la luna y al sol.
Hagamos la luz
de tinieblas y sombras:
la Tierra está herida,
juntemos valor.
Sentémonos cerca
en círculo blanco,
volviendo al origen,
pidiendo perdón.
Hoy hay que invocar
a lo eterno y sagrado,
saber que se es Uno,
mirarnos en Dios.